La Sra. Susana encontró a Domingo tirado en un muladar de Barrios Altos, convulsionando, ennegreceido de suciedad, miseria y sobretodo de indiferencia. Lo recogió, lo llevó a un veterinario que le recomendó sacrificarlo, pero ese no era su destino y luego lo llevó donde otra veterinaria que lo limpió y curó.
Domingo tiene más de 15 años (es como decir 90 años para un humano) que espero hayan sido bien vividos la mayoría, está casi ciego y sordo, apenas se mueve y tiene una de las miradas más enternecedoras que he visto en mi vida, te mira con paz y agradecimiento. Ahora es devoto del Señor Krishna (el único dios que respeto), tiene su collarcito que lo identifica como devoto (sólo una vuelta porque aún no es iniciado), escucha mantras y la Sra. Susana le echa unas gotitas de agua del Ganges en el agua que toma.
Domingo llegó ayer a mi casa por que la Sra. Susana tiene que viajar, así que durmió en mi habitación y aprovechamos la noche antes de dormir para cantar el mantra supremo:
Hare Krishna Hare Krishna
Krishna Krishna Hare Hare
Hare Rama Hare Rama
Rama Rama Hare Hare
...en una versión muy linda que me enseñó un prabhu hace algunos años; y recuerdo mucho que, luego de aprendida, me dijo sabiendo de mi ateismo: no importa si crees o no...cada vez que la cantes el Señor Krishna entrará a tu corazón.
No se cuanto tiempo más esté Domingo con nosotros, no se cuanto tiempo más esté en esta vida...sólo quiero que cuando parta llegue a los pies de su Señor, danzando y moviendo la cola de felicidad y plenitud.
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