martes, 24 de agosto de 2010

Besos en la Posada (Post vetado el año pasado)

Hay personas que llegan a nuestra vida para quedarse (ya parece el comienzo de uno de esos monses PPTs que llegan por email). Hace casi 11 años conocí a una linda niña a la que ya había visto algunos pocos años antes cuando estudiaba en el mismo instituto que yo pero sólo de lejos y además, debo ser sincero, su amiga con la que siempre paraba me parecía más guapa.

Cuando la volví a ver aquel 98 la vi linda y con ese algo muy especial que la hacía diferente a las demás. Creo que desde el momento inicial hubo química: todo comenzó con un email del Jueves 5 de Noviembre de 1998 donde le puse simplemente Hola. Y aunque ella ya estaba comprometida (con un novio hdp que andaba por otros lares) se cimentó algo casi desde un principio que, a pesar de las distancias, coyunturas, y demás etcéteras, se mantuvo. Un querer tácito siempre rondando nuestras eventuales conversaciones.

Las pocas veces que salimos estaban amigas de ella con pinta de guachimanas y la única vez que estuvimos solos fue viendo Todo sobre mi Madre, que me gustó tanto que ni intenté besarla. Al poco tiempo su novio regresó, y se acabó ese capítulo.

Ella se casó, y hasta ahora mantengo la teoría de que el abrir inicialmente su corazón fue un acto para no sentirse sola mas que un verdadero interés en algo conmigo...aunque el resultado es el mismo: abrió su corazón. Luego de que ella se casara yo anduve con varias chicas, me enamoré un par de veces, me dediqué a la música, estuve casi 3 años en una etapa de excesos y viajé mucho por el Perú y Sudamerica. Y en todos esos años decir que nos habremos visto 4 veces sería una exageración.

En los meses de Febrero y Marzo de este año hubo un acercamiento, siempre vía MSN y epistolar. Pero llegó un día, 23 de junio del 2009, en que quedamos en ir a ver Respira (una muy buena obra de Teatro) al Británico. Yo había estado tomando varias copas de pisco, y ella me llama diciendo que no había función ese día; yo, aún sin escaparame de la pisqueada, le digo que me espere en la puerta del Cine el Pacífico y ahí veíamos que hacíamos.

Salí rápido de la cata de pisco y no tuve tiempo de cambiarme a mi habitualidad (zapatillas, jean y polo), ella ya me había mandado un mensaje acerca de que el universo no conspiraba para que nos viéramos (no sabía que incluso su espera fue parte de la conspiración).

Ahí estaba ella en la puerta, chequeando su cel Motorola que no suena. Linda, y con esa presencia tan suavecita. Le dije para ir al Juanitos, y para mi sorpresa mayor me dijo que sí. Luego de la sorpresa inicial: Taxi para el Juanitos. Bajamos del taxi, caminamos un poco, la abracé para cruzar la pista y me dijo: abrazo de amiguitos? Sí, le dije. El Juanitos estaba lleno como siempre, nos acomodamos en una de las mesas del fondo. Pedí una jarra de Pilsen (que me la tomé casi solo) y comenzó el silencio y dificultad de de comunicación que era habitual en las pocas veces que nos veíamos. Al parecer no le gustó tanto el sitio y no sé como ni de quien salió la idea de La Posada del Angel...a cruzar el parque.

Y en La Posada todo conspiró...el ambiente, el vino Nieto Senetiner, la pizza, Silvio Rodríguez con Quién Fuera, León Gieco con Carito, Fernando Delgadillo con Ten miedo de mí, etc. Y el beso vino ante su sorpresa inicial: Los amiguitos no se besan me dijo. Y mientras nuestras manos se acariciaban, le expliqué que nunca hemos sido amigos, que amigos son el Marquito, el Víctor, pero yo nunca fui su amigo. Nunca, desde el primer correo que le envié para hacerle el "habla" mi intención había sido ser su amigo, siempre me pareció demasiado linda para poder ser solamente un amigo. Parece que comprendió, porque al siguiente intento el beso fue bienvenido. Y todo se volvió secundario...desapareció la gente, el vino, la pizza...se quedó la música flotando, quedamos ella, yo y los besos...los besos que parecían saldar todos los besos no dados en todos esos años de ausencias y encuentros fugaces.

Luego al salir vinieron más besos en la callecita aquella, taxi, te quiero, yo también te quiero , dejarla en su casa...y regresar caminando a la mía, sintiendo ese aire renovado y frío de la madrugada, pensando como nunca antes en ella, en esa chiquita linda por la que tuve que esperar 10 años para un beso.

La historia continúa...

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