Una de las cosas que más agradesco a mi madre es haberme inculcado el amor a los animales y a la naturaleza. Siempre me afectó la agresión hacia la naturaleza por parte del hombre, fruto de esa irracional y absurda creencia de ser el rey de la creación. Somos parte de la tierra, de la naturaleza y a ella le debemos nuestra vida, somos parte insignificante de un gran todo, somos parte de Gaia y ella es nuestra madre y ella necesita que la aprendamos a amar y respetar.
Estamos a cerca de llegar a un punto de no retorno en el proceso de calentamiento global. Si seguimos así, ya no habrá forma de volver atrás.
Acá un par de videos para que tomemos conciencia.
lunes, 2 de noviembre de 2009
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